Cuenta Saldada.

Intento controlar las mil ideas que se me vienen a la mente..
Se rozan entre ellas y se empujan con la única convicción de quien sale primero.

Hace muchos años desde aquel momento en que te vi, con aquellos ojos profundos, con esa sonrisa bella, quizás no perfecta como hoy en día, pero que importaba si iluminabas un patio entero con tu desplante y simpatía.

Podría definirte por aquellos días con una sola palabra “Hermosa” para ti no existía otra palabra.. senos pequeños pero bien formados, un trasero llamativo, una cintura sensual, un color trigueño... y unos labios a simple vista suaves y tibios... tus labios..ese es el fin de todo este escrito.

Creo que unas cuantas veces alucine con ellos.. los deseé, los añore, los idealice...
Creo que producto de la edad nunca pude deducir el fin de todo aquello y me dedique como una buena amiga a amarte sin barreras.. y ese sentimiento me mantuvo viva durante años, si... los años más felices de mi vida aun y cuando llore las lágrimas mas amargas.

Aquel amor incondicional fue muriendo lentamente, y cuando ya note que no existía sentí él vació de tu ausencia...

No la ausencia de quien eres ahora, sino la de aquella hermosa niña...

Hoy salde una deuda contigo

Con tus labios...

Y aunque sé que jamás nos volveremos a amar me pone feliz pensar que eran tal y cual los imaginaba...
Dulces, tibios y perfectos.